Al llegar, el lugar resalta del resto de la cuadra, en color claro de la fachada, remarcado por la iluminación recorta la casona del resto de las edificaciones de la cuadra.
Nos recibe una señorita y nos consulta si tenemos reserva. No tenemos, pero las reserva era para una degustación que se realiza en el salón principal, que se encuentra en la parte posterior. Nos ubican en una mesa para dos en la parte de adelante del local, cerca del ventanal.
El salón está ambientado en un estilo minimalista, paredes en blanco radiante, mesas y sillas en color negro y algunos toques de color dados por recipientes de vidrio con agua y piedras en un verde esmeralda.
Nos dejan la carta, mientras elegimos, nos traen un apettizer, crema de roquefort y tostadas
Como entrada, Laura
elige panettone de jamon crudo ($12.00)
dos rodajas de pan sarteneado con oliva, y entre ambos una porción generosa de jamon crudo. Muy buen jamón, con mucho carácter y sabor, pero a la vez de textura dócil en la boca, una entrada de sabor intenso.
Mi entrada
focaccia de pollo y champigñones capresse ($12.00)
rodaja de pan tostado, cubitos de pollo guisado, cgampigñones salteados, tomates secos hidratados, unas hojas de albahaca, todo esto cubierto con una feta de mozzarela gratinada. Demás está decir la intensidad de sabores reunidos en una pequeña rodaja de pan. Muy sabroso, y este impacto de sabor abre el apetito y uno se predispone de buena manera para el plato principal.
Debo decir que la entrada demoró un poco mas de lo que se puede esperar una entrada, hay que tomar como atenuante que había mucha gente en la degustación y el lugar estaba abocado casi completamente al evento.
Lo bueno fue que los platos principales demoraron mucho menos de lo que esperábamos en comparación con la entrada, asi que podemos decir que la cuestión de la demora quedó equilibrado y en realidad si tengo que esperar prefiero esperar para la entrada y no para el principal.
Laura eligió tubo de calamar relleno en su salsa ($20)
Un tubo de calamar relleno con espinacas y tentáculos, acompañado cebollas glaseadas y aros de calamar. Muy bella la presentación, es difícil darle una buena estética al calamar por el color oscuro que tiene, y la verdad en este caso estaba muy logrado.
Yo elegí, como principal, raviol de salmón en salsa cremosa y huevas de pescado ($26)
Cuatro ravioles muy bien presentados, con mucho contraste la decoración del plato.
El sabor era realmente increíble, con una gran textura, en el relleno se podía identificar claramente lo trocitos de salmón. La salsa a base de crema con huevas y hierbas podría resumirse en la palabra celestial. En cada bocado estaba capturada la esencia más deliciosa del mar. La verdad tengo que decir, que cuando vi el plato, me pareció algo escasa la porción. Pero al ser el sabor tan concentrado e intenso creo que es la cantidad justa.
La cena estuvo dominada por la intensidad y la complejidad de sabores, el diseño del local es minimalista, los sabores exuberantes, el clima distendido, y cálida la atención. Una combinación muy agradable que hacen de este Felisa Kalea un lugar para volver y por su puesto para recomendar.
Precios de referencia
- panettone de jamon crudo $12.00
- focaccia de pollo y champigñones capresse $12.00
- tubo de calamar relleno en su salsa $20.00
- raviol de salmón en salsa cremosa y huevas de pescado $26.00
- Agua con gas: $3.00