El día lunes 16 de julio fui a almorzar a Capitol, un bar estilo irlandés que está en chacbuco y poeta lugones. EL motivo en ésta ocasión era aprovechar el último día de mis vacaciones de invierno.
El lugar está ambientado como todo bar irlandés, colores oscuros, de la gama del verde y el rojo, con mucho detalles y accesorios en madera, lo cual de la da una calidez especial. Apenas ingresé tuve una sensación de melancolía ya que recordé el entrañable Dublín, que tantas noches de invierno me alojara en su piso superior o en la mesa redonda debajo la escalera.
Bien, ya salgo del flash back y retomo el comentario, nos sentamos en la mesa junto a la ventana. La moza vino a tendernos, muy cordial, muy simpática, nos informó que podíamos elegir un plato de la carta o el menú ejecutivo del día. Como tenía ganas de almorzar rápido, elegimos el plato del día.
Nos trajeron un appetizer, bruschetas con berenjenas en escabeche. El plato principal llegó rápido. Roulé de lomo relleno con verduras salteadas, con crema de hierbas y un puré mixto.
Lo primero que puedo decir, un plato abundante, tres porciones de roulé con abundante puré. La carne estaba con buena temperatura no así el puré que estaba tirando a tibio. El sabor del plato era muy pero muy bueno. Muy sabroso, “gustito a casero” me sorprendió no espera un sabor tan rico, la carne era tierna la crema bien saborizada y el puré muy cremoso.
A lo largó del almuerzo no paré de repetir mentalmente “que bueno que está esto”.
El menú ejecutivo incluía el postre al cual no accedí ya que había sido muy contundente el plato principal y no me quedaba apetito para nada más. Todo esto a un precio muy accesible, considerando la bebida, la entrada, el plato y el postre por $15, y si además le agregamos lo sabroso y la buena atención, queda por demás claro que el lugar el muy recomendable.
El lugar está ambientado como todo bar irlandés, colores oscuros, de la gama del verde y el rojo, con mucho detalles y accesorios en madera, lo cual de la da una calidez especial. Apenas ingresé tuve una sensación de melancolía ya que recordé el entrañable Dublín, que tantas noches de invierno me alojara en su piso superior o en la mesa redonda debajo la escalera.
Bien, ya salgo del flash back y retomo el comentario, nos sentamos en la mesa junto a la ventana. La moza vino a tendernos, muy cordial, muy simpática, nos informó que podíamos elegir un plato de la carta o el menú ejecutivo del día. Como tenía ganas de almorzar rápido, elegimos el plato del día.
Nos trajeron un appetizer, bruschetas con berenjenas en escabeche. El plato principal llegó rápido. Roulé de lomo relleno con verduras salteadas, con crema de hierbas y un puré mixto.
Lo primero que puedo decir, un plato abundante, tres porciones de roulé con abundante puré. La carne estaba con buena temperatura no así el puré que estaba tirando a tibio. El sabor del plato era muy pero muy bueno. Muy sabroso, “gustito a casero” me sorprendió no espera un sabor tan rico, la carne era tierna la crema bien saborizada y el puré muy cremoso.
A lo largó del almuerzo no paré de repetir mentalmente “que bueno que está esto”.
El menú ejecutivo incluía el postre al cual no accedí ya que había sido muy contundente el plato principal y no me quedaba apetito para nada más. Todo esto a un precio muy accesible, considerando la bebida, la entrada, el plato y el postre por $15, y si además le agregamos lo sabroso y la buena atención, queda por demás claro que el lugar el muy recomendable.
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